El objetivo de la presente tesis doctoral es evaluar la evolución geomorfológica del valle de Ullum-Zonda y las condiciones paleoambientales que prevalecieron en esta depresión durante el Cuaternario tardío. Para ello, se efectuó un análisis geomorfológico, morfotectónico y neotectónico de este valle y de dos grandes cuencas fluviales asociadas que forman parte de la misma depresión tectónica: las cuencas de los ríos de La Travesía y La Ciénaga. Se realizó, además, un análisis litofacial y geocronológico en diversos afloramientos de la Formación Valentín, con el fin de determinar el ambiente sedimentario en que se formó esta unidad. El valle de Ullum-Zonda, situado en la Precordillera de los Andes Centrales de Argentina es una depresión tectónica ubicada en el sector centro-sur de la Provincia de San Juan, en la República Argentina, a unos 20 km al oeste de la ciudad capital de San Juan. Constituye una depresión intermontana de fondo plano, elongada en sentido norte-sur con una extensión de aproximadamente 30 km y un ancho máximo de 14 km en su sector central. Abarca un área aproximada de 290 km2 y se halla a una altura promedio de 800 m s.n.m. Esta depresión forma parte del corredor tectónico Matagusanos-Maradona-Acequión (Perucca, 1990) en el cual convergen y colisionan dos fajas plegadas y corridas (FPC) con diferentes niveles de despegue (decôllement) y de vergencia opuesta: la faja plegada y corrida de piel fina y vergencia oriental de Precordillera Central y la faja plegada y corrida de piel gruesa y vergencia occidental de Precordillera Oriental. La interacción entre la dinámica fluvial del río San Juan, la deformación tectónica, y el clima local ha dado origen durante el Cuaternario a espesas secuencias sedimentarias que constituyen el relleno de esta depresión con espesores que superan los 1.200 m en algunos sectores. Parte de este relleno sedimentario está conformado por material fino (arenas, limos y arcillas) y ha sido interpretado por diversos autores como formado a partir de eventos “lacustres-palustres” que abarcaron en forma parcial y/o total la superficie del valle. Desde el punto de vista geomorfológico, el relieve del área de estudio se agrupó en tres grandes unidades morfoestructurales: la unidad montañosa, formada por el relieve montañoso y el relieve de lomadas; la unidad de transición, que abarca las geoformas de piedemonte y la unidad deprimida llamada también ambiente planizado, que se corresponde con las depresiones intermontanas por las que suele fluir un río y con presencia de pampas y barreales. Los cordones montañosos y unidades de lomadas ubicados al este del área de estudio, en el ámbito de Precordillera Oriental son, de sur a norte la sierras Chica de Zonda, Marquesado, Loma de Las Tapias, Loma de Ullum y sierra de Villicum. La Precordillera Central está representada de sur a norte por el cordón de Las Osamentas, cordón del Espinacito, Sierra Alta de Zonda, cerro Zonda, los cerros del complejo andesítico-dacítico de Ullum, la sierra de La Dehesa y las Lomitas de Matagusanos. Las lomadas compuestas por rocas de granulometría fina (limos y arcillas) no consolidadas o con débil cementación, poseen un aspecto típico de tierras malas o relieve de huayquerías (badlands), es decir laderas con incisión densa y profunda. Los piedemontes están caracterizados por geoformas de acumulación como abanicos aluviales, abanicos coluviales y conos de derrubios, y formas de erosión como glacis, pedimentos y terrazas fluviales. Los glacis presentan una capa aluvial de espesor variable y suelen estar afectados por deformación tectónica cuaternaria. En ciertos sectores, como en la Loma de Las Tapias y piedemonte oriental de la Sierra Chica de Zonda, algunos glacis se presentan profundamente incididos y es frecuente la presencia de relieve de badlands. La litología predominante en los depósitos cuaternarios es muy variada, textural y composicionalmente, dependiendo del área de procedencia y de la geología del macizo alimentador. La unidad deprimida está representada por las planicies aluviales de los ríos de La Travesía y de La Ciénaga y los mega-abanicos aluviales del río San Juan en el valle de Ullum-Zonda y Tulum. Se incluyen también en esta unidad los barreales de Matagusanos y Barrancas. En la cima de la Sierra Chica de Zonda, se reconocieron pequeñas depresiones de fondo plano con relleno de materiales finos, posiblemente originadas a partir de procesos kársticos. Estas depresiones presentan formas circulares a elongadas, en algunos casos en forma perpendicular al eje de la sierra controladas por lineamientos estructurales. Dado que el desarrollo de las dolinas de disolución requiere precipitaciones relativamente importantes, se infiere que las mismas se habrían formado durante un periodo un poco más húmedo y frío que el actual, aunque anterior al Último Máximo Glacial. En la cima y ladera oriental del cerro Zonda, por su parte, se reconocieron fallas normales, presumiblemente activas durante el Cuaternario tardío, que podrían responder a grandes estructuras de deformación gravitacional conocidas como sackungen. Este tipo de fenómeno implica la reptación ladera abajo de grandes bloques del macizo montañoso limitados por fallas relativamente profundas. La erosión fluvial y la orientación favorable de los estratos, controlada por un pliegue por propagación de falla con vergencia oriental, produjo laderas muy escarpadas en el flanco oriental de la sierra, lo que favorecería este tipo de procesos. La ausencia de evidencia de grandes depósitos de remoción en masa al pie de la sierra, sugiere que estas deformaciones se habrían producido en forma lenta y gradual (reptación de laderas) sin llegar a un colapso catastrófico. El análisis de la actividad tectónica relativa de frentes montañosos indicó que las sierras de Villicum (en su sector sur), Marquesado, Chica de Zonda y cordón de Las Osamentas se corresponden con la clase 2 (frentes con alta tasa relativa de actividad tectónica). La sierra de La Dehesa presenta características compartidas entre los frentes clase 2 y clase 3 indicando una tasa de actividad moderada a alta. En la sierra de La Dehesa, la deformación más reciente habría migrado hacia el este y se concentraría en la traza más oriental de la falla Talacasto-La Dehesa que discurre por el piedemonte de la sierra alejada del frente montañoso. En el cordón de Las Osamentas, el elevado grado de meteorización de las lutitas y areniscas devónicas favorecen los procesos erosivos, generando valles anchos en forma de U y numerosos procesos de remoción en masa en su ladera oriental, pudiendo llevar a una subestimación del grado de actividad tectónica relativa. Dicho frente presenta una morfología considerablemente rectilínea salvo por la presencia de valles prominentemente anchos. En el segmento central y norte de la sierra de Villicum, por su parte, la morfología del frente montañoso presenta un fuerte control litológico-estructural que dificulta la aplicación del método. En la quebrada de Zonda se reconocieron al menos tres niveles de terraza por sobre la llanura de inundación abandonada. La incisión y degradación observada en la superficie erosiva basal de algunas terrazas y el espesor muy variable de la cubierta aluvial que las recubre sugiere la ocurrencia de uno o varios ciclos de incisión-planización-agradación-incisión. A partir del análisis de modelos digitales de elevación de alta resolución, se detectó en el flanco oriental de las sierras de Marquesado y extremo norte de la Sierra Chica de Zonda, lo que aparenta ser un bloque sobre-elevado que abarca de oeste a este, desde la falla Villicum-Zonda hasta las localidades de Marquesado y La Bebida. La orientación del aparente límite oriental del bloque es coincidente con la orientación de las escamas tectónicas que conforman el extremo norte de la Sierra Chica de Zonda, por lo que esta anomalía podría representar la manifestación superficial del levantamiento de la sierra durante el Cuaternario, deformando la superficie del mega-abanico aluvial del río San Juan. La falta de evidencia de niveles aterrazados en el valle de Ullum-Zonda, equivalentes a los de la quebrada de Zonda y valle de Tulum (excepto aquellos adosados al piedemonte occidental de la sierra de Marquesado) sugiere que en gran medida la formación de las terrazas reconocidas, respondería principalmente a movimientos tectónicos en el bloque serrano oriental de la depresión, más específicamente al levantamiento del bloque Marquesado-Chica de Zonda. El factor climático por su parte habría constituido un factor de control secundario controlando la descarga fluvial, la erosión y el aporte sedimentario. A partir del análisis de los perfiles longitudinales de los ríos, se identificó un posible bloque tectónico elevado por fallas, previamente desconocidas o poco documentadas, en el borde occidental de la cuenca del río de La Travesía. El mismo tipo de análisis también mostró una llamativa convexidad en el perfil longitudinal en un tramo con presencia de lecho rocoso en roca blanda en un río en el flanco oriental de la Sierra Alta de Zonda, a partir de lo cual se infirió una tasa de alzamiento tectónico localizada que supera a la tasa de erosión local. Por otra parte, la presencia de terrazas erosivas y de relleno cuaternarias únicamente en la margen derecha del río de La Ciénaga sugiere que el lineamiento que discurre paralelo a este río constituiría una posible estructura tectónicamente activa durante el Cuaternario tardío. En el piedemonte occidental de la Loma de Las Tapias la presencia de pliegues por propagación de falla y estratos de crecimiento en los depósitos aluviales datados en 8.330 a 8.180 años cal. AP, indica que la falla Villicum-Zonda presentaría actividad tectónica en el segmento comprendido entre la quebrada de Ullum y el extremo sur de la Loma de Ullum hasta al menos el Holoceno temprano. En el piedemonte occidental del extremo norte de la Sierra Chica de Zonda, se desarrollan en la desembocadura del cañón y en el sector apical del abanico aluvial de un arroyo que desciende de la sierra, terrazas erosivas labradas en calizas cámbricas de la Formación La Laja. El grado de fracturación de la caliza y las sutiles evidencias de deformación identificadas en los depósitos aluviales cuaternarios (clastos disgregados en disposición caótica, presencia de material fino y coloración anormal de los materiales más finos), indicaría la presencia de una zona de falla con actividad cuaternaria. La orientación de esta zona de falla en sentido SO, sugiere que se trataría de una ramificación de la traza principal de la falla Villicum-Zonda. En el extremo norte de la sierra de Marquesado, en la margen derecha de la quebrada de Ullum, se verificó la presencia de la falla Marquesado afectando el piedemonte oriental de la sierra homónima. A base de la altura de la escarpa, el desplazamiento en la dirección de buzamiento aparente y edades cosmogénicas disponibles se estimó una tasa de desplazamiento mínima de 0,25 mm/año para esta falla. En los afloramientos de la Formación Valentín, se reconocieron al menos tres niveles de terraza principales. La gran distancia entre los afloramientos, su poca continuidad y las diferentes edades obtenidas para los distintos depósitos analizados dificultó realizar una correlación confiable de dichas terrazas. El análisis litofacial en cinco afloramientos de esta formación, reveló que estos depósitos presentan numerosas estructuras sedimentarias de corriente asociadas a sistemas fluviales anastomosados de agradación rápida con bajo gradiente y amplias planicies de inundación, desarrolladas en un clima árido. En los sectores marginales del valle, estas secuencias fluviales se interdigitan con depósitos de abanicos coluviales dominados por flujos fluidos y abanicos aluviales asociados a los sistemas de drenaje transversal (piedemontes y planicies de los ríos de La Ciénaga y La Travesía) y sistemas fluviales entrelazados gravosos asociados al sistema de drenaje axial (planicie aluvial y mega-abanicos aluviales del río San Juan). Depósitos efectivamente lacustres fueron encontrados únicamente en el sector 5 donde se interpretó la existencia de un ambiente lacustre de reducidas dimensiones (<10 km2 ) con fuerte influencia fluvial. Por tal motivo, se reinterpretó a la Formación Valentín como depósitos finos de ambiente fluvial con participación subordinada de depósitos de ambiente lacustre restringidos al sector sureste del valle de Ullum-Zonda, próximo a la quebrada de Zonda, durante el Holoceno temprano.