Esta tesis indaga en las raíces conceptuales de la arquitectura participativa, focalizando sobre la producción teórica de John Turner, John Habraken y Christopher Alexander durante las décadas del sesenta y setenta. A mediados del siglo veinte, la arquitectura atravesaba un periodo de crisis. Diferentes autores comenzaron a cuestionar la difusión acrítica de la arquitectura moderna como estilo superficial y monótono que no lograba sintonizar con las necesidades y los gustos de la gente. Dentro de esas críticas, puede reconocerse toda una serie de autores que pusieron en tela de juicio no sólo las obras de arquitectura, sino también el modo de abordar la disciplina, y el ejercicio profesional. Con el nombre de arquitectura participativa, se plantea agrupar a una multiplicidad de autores que proponían dejar de concebir la arquitectura como si fuera una obra de arte acabada en sí misma, para entenderla como un proceso continuo y complejo producto de la interacción de múltiples actores. Los arquitectos que proponían incorporar técnicas participativas en sus proyectos contribuyeron a cambiar el eje del debate desde la forma en sí de la arquitectura hacia los procesos que generan la forma. Específicamente, buscaban incorporar en los procesos que convergen dentro de la arquitectura (diseño, gestión, construcción, mantenimiento) a grupos usualmente marginados de dichos procesos. Era una manera de recuperar una modalidad de producción colectiva y gradual del ambiente. Mientras los proyectos modernos, apoyados en la producción industrial, permitían transformar grandes extensiones de territorio a un ritmo vertiginoso, los principales referentes de la arquitectura participativa buscaban recomponer, con cierto romanticismo, una relación armónica entre la comunidad y el entorno. Esta postura, que era a su vez crítica y nostálgica, puede analizarse en toda su profundidad en el tema de la vivienda. Frente a los grandes bloques de vivienda moderna basados en la multiplicación abstracta de unidades básicas, la arquitectura participativa buscaba enriquecer y complejizar los conjuntos de vivienda incorporando el punto de vista y la acción de los futuros pobladores. Es por eso que esta tesis propone revisar la obra teórica de tres autores fundamentales en la construcción de la teoría que subyace en la arquitectura participativa, tomando como eje el tema de la vivienda durante las décadas del sesenta y setenta. Dado que estas experiencias implicaban un cuestionamiento al modelo profesional difundido desde las academias, siempre ocuparon un rol periférico dentro del conjunto de obras que conoce un arquitecto durante su periodo de formación. La Historia de la Arquitectura las aborda como si fueran situaciones excepcionales, filantrópicas, aisladas del contexto. Por eso, el principal objetivo de esta tesis es visibilizarlas y mostrarlas como parte de una continuidad que atraviesa todo el siglo veinte, recomponiendo una línea histórica postergada dentro de las academias. Por otro lado, la arquitectura participativa surge en contra de un ejercicio profesional consolidado a principios del siglo veinte, y por ello ha quedado indisolublemente asociada a una actitud crítica y contestataria con respecto a las condiciones socioeconómicas heredadas de la modernidad. La participación se ha convertido en bandera de diversos grupos y organizaciones que buscan transformar la sociedad abandonando el individualismo reinante en pos de valores colectivos. Sin embargo, cuando se estudian en profundidad los conceptos que conforman la base teórica de esta corriente pueden encontrarse múltiples vínculos con las teorías que guiaron las transformaciones del capitalismo a partir de mediados del siglo veinte. De allí que este trabajo busque recomponer los nexos entre las ideas de los principales teóricos de la arquitectura participativa y el contexto cultural de la época en que estas ideas se gestaron. De este modo se propone desentrañar, por ejemplo, el papel que jugó la participación dentro del panorama geopolítico de la Guerra Fría, su aporte con respecto a las nuevas modalidades de producción e incluso su relación con las nuevas vertientes filosóficas que transformaron la espiritualidad y el sistema de valores de la sociedad de fines del siglo veinte. En cada periodo de crisis que atraviesa la economía capitalista, la arquitectura participativa vuelve a emerger como expresión de deseo de una sociedad que busca salvaguardar o recuperar intereses comunitarios. Por ejemplo, este tipo de experiencias se multiplicaron luego de la burbuja inmobiliaria de principios del siglo veintiuno. Pese a contar con toda una tradición de pensamiento y acción que atraviesa el siglo veinte, son pocas las propuestas actuales que logran recuperar las enseñanzas del pasado. El conocimiento sobre la arquitectura participativa que permitiría aprender de los aciertos y errores del pasado, se muestra disperso y fragmentado. De hecho, algunos arquitectos han propuesto incorporar técnicas participativas a la arquitectura como si fuera un recurso novedoso, o una invención propia. Es por eso que, un tercer objetivo busca recuperar el legado y el alcance que tuvieron los principales autores de la arquitectura participativa de la segunda mitad del siglo veinte. Para cumplir con estos objetivos, se identificaron los principales temas abordados por Turner, Habraken y Alexander en relación a la arquitectura participativa. Estos temas se rastrearon dentro de la obra teórica de cada uno, buscando establecer relaciones con el contexto cultural de la época. A su vez, se estudió el modo en que estos tópicos, desarrollados durante la época del sesenta y setenta, encontraban continuidad en experiencias posteriores. El resultado de la investigación se expone en cinco capítulos con relativa autonomía. Un primer capítulo, a modo introductorio, permite definir la arquitectura participativa. Luego se presentan tres capítulos dedicados a cada uno de los autores abordados, para mostrar cómo enriquecieron por separado la base conceptual de la arquitectura participativa. Finalmente, un capítulo de conclusiones permite: establecer un diálogo entre los tres autores; caracterizar el rol que cumplió la arquitectura participativa en la segunda mitad del siglo veinte; e identificar algunos desafíos que atraviesan los arquitectos que incorporan metodologías participativas a principios del siglo veintiuno.