La presente tesis versa sobre lo que hemos de denominar a lo largo de ella como concepción institucionalista del lenguaje, presente en distintas líneas del pragmatismo lingüístico contemporáneo. En una primera aproximación, ésta es sin dudas una investigación sobre el lenguaje, pero debido a que las perspectivas teóricas utilizadas entienden el lenguaje como institución y lo ponen en relación directa e inevitablemente con los procesos que se dan en las demás instituciones, en una inspección con mayor detalle es más apropiado aseverar que es una tesis que trata sobre lenguaje e instituciones, en la que –sí, indudablemente– la mirada está puesta especialmente en el lenguaje, pero –por ello mismo– está en tensión permanente hacia las esferas institucionales en sentido amplio. El foco central de interés, entonces, pasa por el lenguaje en tanto institución que tiene un rol decisivo en la conformación de las demás instituciones y en el carácter que puede llegar a tomar aquel en relación con las propiedades conferidas por las prácticas institucionales. Hacia allí está dirigida nuestra atención y nuestros esfuerzos. El punto básico de la perspectiva dentro de la que se mueve la tesis es que el lenguaje mismo es una institución debido a que está constituido por determinadas reglas, convenciones, prácticas, etc. que posibilitan y regulan su funcionamiento y que todo hablante debe manejar para poder desempeñarse dentro de su universo. Y, por otra parte, no hay instituciones extra-lingüísticas; lo cual no quiere decir que todas las instituciones existen en el lenguaje o que lo hagan gracias a él solamente, sino que todas ellas se conforman a través suyo, necesitan de la participación del lenguaje –y de varios elementos más según sea el caso de cada una de ellas– para constituirse como tales. No todo uso del lenguaje requiere obligatoriamente de una institución determinada, fuera de la institución misma del lenguaje por supuesto, pero toda institución necesita de la institución del lenguaje. Detener la mirada en que la necesaria participación del lenguaje en las instituciones establece determinados parámetros dentro de las prácticas institucionales conlleva asimismo, de modo indefectible, prestar atención a los rasgos y usos institucionales del lenguaje, no con el objetivo de centrar el análisis exclusivamente en ellos, sino, principalmente, para tratar de precisar lo que el lenguaje abre –implica o posibilita– en dichas prácticas en tanto instancia institucional él mismo.