A la educación suele atribuírsele un rol clave para fomentar la movilidad social ascendente, gracias a su acción igualadora de oportunidades. En general, se la considera el principal medio por el cual los individuos pueden igualarse en oportunidades y revertir la situación social que les ha tocado vivir, para luego ingresar al mercado laboral, generar ingresos y desarrollar su plan de vida. Este escenario ideal, sin embargo, puede no corresponderse con la realidad: a menudo el sistema educativo no cumple una acción igualadora. Es usual que en la etapa de formación educativa se visualicen desigualdades en términos de oportunidades. Como consecuencia de sus entornos, algunos niños y jóvenes, no gozan de las mismas posibilidades educativas que otros. Mientras más alta sea la desigualdad de oportunidades educativas menor será la movilidad social y más dependientes serán los ingresos de una persona en relación a su entorno. De ahí la relevancia de estudiar y estimar el grado de desigualdad de oportunidades educativas en diferentes países y en el tiempo. Esta tesis contiene tres capítulos sobre desigualdad de oportunidades educativas en Argentina. Los tres capítulos combinan estrategias empíricas rigurosas con el fin de caracterizar, analizar y proveer mediciones de desigualdad de oportunidades en el país. El estudio se enfoca en las distribuciones de resultados educativos y los factores que la generan. Siguiendo a Roemer (1998), para que haya igualdad de oportunidades educativas las distribuciones deberán ser independientes de los factores exógenos, tales como el origen social y familiar de los alumnos, que en la literatura se conocen como circunstancias. La desigualdad solo debería surgir como resultado de las diferencias en esfuerzos, elecciones y talentos de las personas. En el Capítulo 1 se analiza para Argentina la desigualdad de oportunidades en el acceso a educación media, acceso a calidad educativa y desempeño educativo. Se propone un modelo de desigualdad de oportunidades donde se dividen los factores que afectan a la distribución de acceso y desempeño en aceptables (esfuerzos) y no aceptables (circunstancias). Se consideran aceptables la edad del joven y el grado que cursa y no aceptables la educación y ocupación de los padres, la conformación del hogar, el género, el idioma del hogar, el estatus migratorio, los recursos educativos en el hogar y la localización geográfica. Se estiman, en función de estas variables, modelos de probabilidad de acceso a educación y acceso a calidad educativa, así como un modelo de desempeño educativo. Luego, se obtienen distribuciones contrafactuales otorgando a los individuos las mismas características aceptables de tal manera que solo varíen en características no aceptables. Por último, para medir el grado de desigualdad de oportunidades se calculan índices de desigualdad como el coeficiente de Gini, el desvío estándar y el índice de disimilitud a partir de las distribuciones contrafactuales obtenidas. Los resultados muestran una baja desigualdad de oportunidades en cuanto al acceso a la educación media y una alta desigualdad de oportunidades para acceder a escuelas que brindan una calidad educativa superior. En el caso de las competencias de los alumnos, los resultados indican una desigualdad de oportunidades significativa, representando más de un tercio de la desigualdad total. Esto sugiere que en el país los jóvenes poseen las mismas oportunidades para acceder a la educación media pero no para acceder a una educación media de calidad o desarrollar sus competencias. De esta manera los alumnos de contextos más desfavorecidos parten con desventajas a la hora de ingresar al mercado laboral o a la educación universitaria. El Capítulo 2 profundiza el análisis de desigualdad de oportunidades del desempeño educativo. Se examinan los cambios distributivos en las competencias de los alumnos entre 2000 y 2012 y se estudian las principales fuentes de desigualdad. Para ello se realizan microdescomposiciones utilizando un método propuesto por Firpo et al. (2009) que permite realizar descomposiciones de los distintos momentos de las distribuciones. A partir de la descomposición del coeficiente de Gini y las brechas entre cuantiles, se identifican los distintos factores que han contribuido al aumento de la desigualdad de oportunidades en la última década. Los resultados indican que en los últimos años Argentina no ha podido reducir fuertemente la desigualdad de oportunidades educativas. En particular, cuando se analiza en forma detallada la contribución individual de cada factor, se encuentra que los recursos educativos y la localización del colegio contribuyeron a incrementar la desigualdad en estos años. Finalmente, el Capítulo 3 se enfoca en las diferencias educativas entre escuelas de gestión pública y de gestión privada. Estas diferencias pueden ser una fuente de desigualdad de oportunidades si la calidad educativa es mayor en las escuelas privadas y acceder a las mismas está ligado al nivel socioeconómico familiar. El principal objetivo de este capítulo es aportar nueva evidencia empírica sobre desigualdad de oportunidades entre escuelas de gestión pública y de gestión privada a partir de un análisis no paramétrico para lograr un mayor entendimiento de las desigualdades educativas existentes en el país, así como de algunos patrones observados en las últimas décadas como puede ser el incremento de la matrícula de las escuelas de gestión privada. Mientras que en los capítulos anteriores se analiza la desigualdad de oportunidades educativas a partir de medidas resumen de las distribuciones, en este capítulo se analiza la distribución de resultados en forma completa. Los resultados sugieren que los grupos de alumnos que asisten a escuelas de gestión pública y a escuelas de gestión privada notoriamente no enfrentan las mismas oportunidades. Las oportunidades de alumnos de escuelas de gestión pública de contextos favorables solo se igualan con las de aquellos alumnos que asisten a escuelas privadas pero que presentan circunstancias más desfavorables. De alguna manera esto ofrece evidencia de porqué en los últimos años las familias han sustituido las escuelas de gestión pública por las escuelas de gestión privada. Por último, los alumnos que tienen una educación privada y provienen de contextos más favorables son los que presentan las mayores ventajas respecto al resto; mientras que los alumnos de contextos más desfavorables que asisten a la escuela pública son los que menos ventajas tienen. Evidencia de que la escuela pública ha perdido el rol igualador que la sociedad argentina le ha otorgado históricamente.