Este estudio se centra en los llamados casos de abusos sexuales intrafamiliares (ASI), donde niños y adolescentes, o aun personas que ya han superado tales etapas vitales, se encuentran condicionadas en su integridad sexual por miembros de su entorno familiar con trato cotidiano, prolongado en el tiempo y con secuelas graves respecto a su estructuración subjetiva y a su vinculación social. En esta producción se intenta conceptualizar dentro de la problemática e abuso sexual, un fenómeno, que si bien no es nuevo, permanece oscurecido por otros que lo anteceden o del que derivan pero sin reconocerlo. Para ello se parte de la experiencia acumulada y del análisis de los textos más importantes sobre el tema. Además de la vinculación con otros profesionales que lo investigan. Esto promovió el deseo de profundizar en un campo, que si bien actualmente es rico en producciones teóricas, se visualiza como abierto, por su complejidad y demanda en aumento, a nuevas propuestas. Por otro lado el abuso sexual, en la actualidad, está reconocido como un hecho que convoca y requiere del compromiso de los profesionales de la salud, para realizar aportes que permitan un abordaje especializado y pertinente de la problemática. Este trabajo quiere brindar un primer punto fundamental para comprender, evaluar y tratar el abuso sexual, propone pensar una inscripción psíquica que funciona como potencialidad, es decir la construcción de atributos particulares que condicionan la concreción de la acción por parte del agresor y concomitantemente, la conversión de un sujeto en víctima de un abuso sexual, en especial cuando es intrafamiliar y prolongado. A tales condicionamientos se los llamará, aquí - Abusabilidad-. El enfoque supone la construcción de una característica particular en un sujeto que favorece que sea abusado, esta característica incluye componentes intrapsíquicos y vinculares, en un entramado complejo. El mismo requiere de una visión transdisciplinaria que permita captar el juego en el que se incluye tanto al abusador como al abusado y a todo el grupo primario al que pertenecen. La participación en este juego es lo que induce al abuso y lo sostiene en el tiempo. De él forma parte todo su grupo familiar y/o de crianza, por acción u omisión, en una característica que se llamará en este trabajo -ceguera y/o parálisis vincular- , y que presenta tanto la víctima directa como sus hermanos, madre u otros familiares. La víctima presenta, simultáneamente, la imposibilidad de defenderse y de pedir ayuda, y es inducida por el abusador y por el contexto en el que se da el abuso, al mantenimiento de un pacto de silencio. En el presente trabajo se intentará revertir el consenso establecido de que todo sujeto es igualmente pasible de resultar victimizado. La reversión surge, por un lado, de obviedades y experiencias (no hay dos sujetos iguales ni contextos idénticos); y, por otro, de lecturas que han orientado la reflexión hacia una dimensión crítica cuestionadora de lo instituido