En el Noroeste Argentino, el magmatismo de la Faja Magmática de la Puna Oriental ha sido tema de debate y controversia en los últimos años y abordado desde distintos puntos de vista y por diferentes autores. Los estudios de mayor detalle, como petrológicos y geocronológicos, están centrados principalmente en los representantes plutónicos, mientras que para los subvolcánicos/volcánicos son pocos los autores que intentan caracterizar estas unidades y el estilo de emplazamiento de los magmas.Las secuencias paleozoicas de la Puna Septentrional registran la superposición de distintos eventos de deformación que sumado a un metamorfismo de bajo grado, dificultan enormemente la caracterización de las sucesiones volcánicas-sedimentarias. No obstante, en los últimos años distintos autores han observado un importante volcanismo silíceo del tipo submarino, efusivo y contemporáneo con la sedimentación silicoclástica, en el ámbito de la cuenca de tras-arco paleozoica.En la presente contribución se caracterizan e interpretan afloramientos ubicados en una faja submeridional dentro del ámbito de la Puna salteña y jujeña. En esta faja fueron seleccionadas distintas quebradas en las que se realizó una caracterización facial, definiendo facies sedimentarias, volcánicas y volcanosedimentarias. Por otro lado, se levantaron perfiles y columnas que muestran las relaciones entre facies con la finalidad de reconstruir la arquitectura volcánica y establecer el estilo de emplazamientos de los cuerpos dacíticos.En este trabajo se resaltan los principales criterios a tener en cuenta a la hora de caracterizar genéticamente las distintas brechas asociadas a los cuerpos dacíticos coherentes. Se considera que el análisis facial, textural y petrográfico de detalle son una herramienta muy útil en el estudio de sucesiones antiguas. La metodología empleada en esta contribución, podría ser aplicada del mismo modo en otras sucesiones correlacionables de la región, con el fin de reconstruir la historia volcánica de la cuenca paleozoica de la Puna.Esta contribución demuestra que el volcanismo en la región fue contemporáneo con la sedimentación silicoclástica y habría comenzado en el Tremadociano Tardío y continuado hasta el Silúrico Bajo. Este volcanismo se compone de dacitas, peraluminosas, calcoalcalinas altas en potasio que se correlacionan geoquímica y temporalmente con otras rocas volcánicas de la región (Cochinoca-Escaya, Taique, Salar Centenario, sierras de Las Planchadas y Narváez) y con los granitoides de la Faja Magmática de la Puna Oriental, típicos de ambiente de tras-arco.Las unidades dacíticas son homogéneas texturalmente, presentan viscosidades altas (~1020 poises), temperaturas del orden de los 800ºC, contenidos de agua entre 6-7% en peso y comparten la misma fuente magmática.Los cuerpos dacíticos se habrían emplazado como domos subácueos y sills dentro de una pila sedimentaria, húmeda y localmente inconsolidada, generando distintos tipos de brechas volcánicas y volcanosedimentarias (pseudobrechas, hialoclastitas, peperitas y brechas volcánicas con textura peperítica).En líneas generales, se observa que los cuerpos dacíticos y las brechas asociadas son de mayores espesores en la Puna jujeña comparados con los de la Puna salteña. Por otro lado, la disposición submeridional de los afloramientos, sugiere algún tipo de control estructural en la cuenca de trasarco durante el Paleozoico Inferior.