Las capturas que el feminismo ha efectuado respecto a la categoría de cuerpo son múltiples y variadas. Si un propósito posible fuese delimitar exponentes que, de algún modo, se vinculan a esta corriente de pensamiento, bien podrían ser Simone de Beauvoir, Luce Irigaray y Judith Butler. Con producciones que emergen en diferentes localizaciones geográficas y en diferentes momentos, todas ellas ofrecen aproximaciones al cuerpo diferentes. Como es sabido, la distinción ‘sexo’/‘género’, y sus vinculaciones con la categoría de ‘cuerpo’, continúa siendo el epicentro de un debate central para la teoría feminista, tal vez inaugurado en El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Posteriormente, Irigaray se muestra en disconformidad con sus ideas, cuestiones que pueden apreciarse, fundamentalmente en Speculum de la otra mujer y en Ser dos. Actualmente, los planteos de Judith Butler se muestra crítico respecto a ambas pensadoras, críticas planteadas fundamentalmente en El género en disputa, feminismo y la subversión de la identidad, por un lado, y en Cuerpos que importan, sobre los límites materiales y discursivos del ‘sexo’, por otro. En este contexto, entonces, interesa analizar algunos aspectos de estas obras vinculadas al feminismo para ver los diferentes modos en que el cuerpo ha sido abordado y así destacar, finalmente, divergencias evidente y posibles convergencias. En todos los casos, el cuerpo adviene como artefacto teórico que opera como un instrumento, territorio último donde se anclan las estrategias argumentativas de sus sistemas de pensamiento. Entonces, se espera que el recorrido propuesto permita un desplazamiento desde el interrogante respecto a qué es, en última instancia, el cuerpo hacia una concepción que admita la proliferación de múltiples cuerpos en función de las coordenadas político-ideológicas que subyacen a las diferentes teorías que modelan tal categoría. En suma, se trata de tantos cuerpos como sistemas filosóficos delimitan convenientemente, y en este proceso generan, su propio cuerpo.