La presente tesis propone indagar en las lógicas y sentidos respecto a la cría de ovinos criollos, particularmente “Linca”, en el Departamento de Pilcaniyeu (Provincia de Río Negro, Argentina), dando cuenta del lugar que ocupó la producción de lana para el sistema textil artesanal en los programas de desarrollo rural, ejecutados entre 2010 y 2017, frente a un modelo monoproductor de fibras finas. A su vez, busca examinar de qué formas incide la construcción discursiva de la política pública sobre los/as productores/as, abocados a la cría de estos ovinos, desde la interrelación entre las identidades de clase social, género y etnicidad. La investigación parte de un estudio de caso, enmarcado dentro de una estrategia metodológica cualitativa de tipo descriptiva y desde un enfoque etnográfico, centrando el análisis en la experiencia de una asociación de artesanas. Entre las conclusiones, podemos mencionar que, frente a la hegemonía de la raza Merino, los ovinos criollos ocupan un lugar subalternizado dentro de los programas, sostenido a partir de una valoración diferencial, que los identifica en términos de defecto o contaminación, justificando así su eliminación. De este modo, el devenir de la oveja Linca transcurrió entre la invisibilización, hasta su reciente “redescubrimiento” por parte de las instituciones. Sin embargo, y pese a los discursos que invitaban a discutir nuevas alternativas productivas en la región, este animal contó con un limitado y breve acompañamiento por parte de las políticas públicas, atravesado por una serie de interpelaciones, hasta que finalmente fue interrumpido. Por otro lado, desde los equipos técnicos suelen predominar discursos esencialistas, basados en cierta idea de pureza racial y autenticidad, que, para legitimar la presencia de las ovejas Linca o, al menos, disminuir las tensiones con otros actores, condicionaron a las artesanas a mantener un tipo de animal, al margen de sus necesidades.