Resumen: En las últimas décadas, las modificaciones estructurales en la demanda mundial de commodities ha conducido a un reordenamiento del sistema productivo, provocando un impacto demográfico y, con ello, una creciente demanda de alimentos y productos, sobre todo, en aquellas economías basadas en la producción agropecuaria. Argentina es por excelencia un país agroexportador, posee un territorio extenso y rico en suelos y variedad de clima. Este aprovechamiento del territorio, ha sido un avance muy favorable para la economía del país en general y el desarrollo regional en particular. Tal impulso en la actividad puede observase en la expansión de la frontera agrícola, cerealera, más específicamente soja, provocando un desplazamiento de la ganadería hacia otras zonas, incluso algunas marginales o menos fértiles, en espacios de confinamiento reducido denominados feedlots. La intensificación de los sistemas ganaderos busca mejorar la eficiencia en calidad del producto, acelerando los procesos de engorde. Al mismo tiempo provoca un aumento en los flujos de energía y nutrientes, siendo riesgosos en cuanto a la contaminación. La producción vacuna intensiva es potencialmente una fuente de contaminación, cuando las excretas generadas durante esta actividad no son estabilizadas correctamente, provocando un gran impacto ambiental. Esta contaminación corresponde a los efluentes y residuos de los animales que afectan, directamente, sobre los suelos por exceso de sales y “en menor cantidad metales pesados (Cu, Zn y Fe)” [1]. Las aguas subterráneas se contaminan por exceso de nitratos, las aguas superficiales, por el aporte de gran cantidad de materia orgánica y fósforo. La atmósfera se daña por la producción de gases (GEI) efecto invernadero que provocan el calentamiento global, como son el metano, óxido nitroso y dióxido de carbono. Finalmente, el malestar social, provocado por el olor, el polvo y las plagas sin antrópicas que se generan en el ambiente. Frente a esta situación, es necesario buscar alternativas que permitan alcanzar una gestión más adecuada y menos peligrosa de esos grandes volúmenes de efluentes que se generan diariamente. Una de las tecnologías de aprovechamiento de estos residuos agropecuarios es la producción de biogás. El biogás es un combustible que se obtiene en dispositivos específicos, por las reacciones de biodegradación de materia orgánica, puede ser utilizado en la generación de energía térmica, eléctrica y como biocombustible. Es una de las fuentes de energía renovables con mejor aceptación en una gran cantidad de países en los distintos continentes. En Argentina, la matriz energética está basada principal e históricamente en fuentes provenientes de combustibles fósiles. Sin embargo, en la actualidad, la potencia instalada resulta insuficiente para cubrir las necesidades energéticas de una población creciente. Por ese motivo, el biogás puede considerarse un gran aliado para la economía de la nación y el cuidado del medio ambiente. Con este proceso de tratamiento, los efluentes dejarían de ser considerados desechos sin uso alguno, para transformarse en insumos potencialmente utilizables en actividades productivas. En este trabajo, se realiza un análisis sobre la incursión de una planta de biogás en la ciudad de Bragado, Provincia de Buenos Aires y de los beneficios que esto trae aparejado para la comunidad. Asimismo, se estudia la viabilidad económica de la implementación de este tipo de energía para determinar la conveniencia o no del proyecto.