A partir del año 2008, distintos agentes vinculados al Estado provincial del Chaco (República Argentina) generaron iniciativas de enseñanza y difusión del cine entre sus poblaciones indígenas, y, consecuentemente, se creó un espacio específico de cine indígena dentro del recién fundado Instituto de Cultura del Chaco, en el marco del Departamento de Cine y Espacio Audiovisual. Tras un trabajo de campo etnográfico multisituado entre los qom (tobas) del Chaco argentino, esta tesis se propone indagar sobre el surgimiento de este cine, así como también sobre las experiencias de enseñanza de cine llevadas a cabo por la propia autora. Se toma el concepto soberanía visual propuesto por Michelle Raheja (2010), que define un posicionamiento político hallable en las primeras experiencias de cine indígena desarrolladas en el Chaco. Se muestra como esta noción se pone en tensión cuando la indigeneidad de algunas producciones audiovisuales es puesta en duda por un público hegemónico o, incluso, cuando las representaciones registradas en video son rechazadas por miembros de la propia comunidad. Se presenta también la noción de cine como mediación —cine médium—, realizado comunitariamente, en el que la primera persona generalmente se desdibuja y la cuestión autoral opera través de singulares consensos sociales que implican, además de tensiones, la redefinición de los roles y el planteo de nuevas estrategias realizativas. Más allá del proceso de realización de una película, esta noción atraviesa las relaciones entre los jóvenes realizadores y los adultos que los habilitan, entre los seres no humanos y los humanos, entre el pasado y el presente, entre lo local y lo global. En algunos casos se analiza cómo la mediación se da con los elementos y las estéticas foráneas dentro de contextos locales e indígenas y genera novedosos agenciamientos; por otro lado, la noción de mediación se desplaza hacia la ontología del filme y sus afectaciones, y se indaga cómo el registro audiovisual opera sobre el paso del tiempo —fija lo efímero y lo evanescente y hace trascender de la muerte a los seres y los objetos, para traerlos al presente—. Finalmente, se propone la concepción del cine indígena como un cine reverso que pueda presentar las epistemes indígenas, que no se vea obligado a responder a las miradas hegemónicas.