Esta tesis discute los principales enfoques que explican la calidad del empleo generado en Argentina contemporánea a partir de los rasgos de su estructura productiva. La idea central que orienta esta investigación es que, tal como formula la tesis de heterogeneidad estructural, los rasgos productivos específicos de cada sector –en particular la productividad media y la escala de producción– son relevantes para explicar la calidad de los puestos de trabajo; pero debe incorporarse otro factor explicativo, vinculado a la relación establecida entre las distintas empresas que forman parte de una misma cadena de valor. De este modo, es posible diferenciar dos conjuntos de factores explicativos: aquellos referidos a las características del establecimiento y la rama de actividad, que son destacados por los enfoques de autonomía; y aquellos que refieren a las relaciones entre establecimientos y/o sectores de actividad, que resaltan los enfoques de integración. Las preguntas que guían la investigación son: ¿Cómo se vinculan entre sí sectores y empresas que ofrecen condiciones de empleo diferentes? ¿Qué elementos surgen como relevantes en la explicación de tales condiciones? ¿Cuál es el rol de las instituciones laborales en la generación y reproducción de la heterogeneidad? ¿De qué modo las estrategias sindicales reducen/intensifican la heterogeneidad? Para responder estas preguntas, la tesis brinda un abordaje cualitativo en base al análisis de una cadena de valor en la cual se observan diferentes tipos de relaciones entre empresas: la cadena petroquímica-plásticos. El abordaje empírico contempla, por un lado, las diferencias en las condiciones de empleo entre los dos eslabones centrales de esta cadena –el sector petroquímico y el sector plástico–; y por otro lado, las relaciones de subcontratación establecidas en el primero. En el análisis de la relación entre el sector plástico y petroquímico se identifican dos patrones de vinculación distintos entre las empresas de la cadena, asociados a su vez a condiciones de empleo diferentes. Por un lado, se observan vínculos de compra directa y cooperación tecnológica entre las grandes empresas petroquímicas y las empresas grandes/medianas del sector plástico, con diferencias salariales entre uno y otro sector, pero con bajos niveles de incumplimiento de derechos laborales. Por otro lado, se reconoce la relación entre las empresas petroquímicas y las pequeñas y medianas plastiqueras, mediada por distribuidores comerciales, y con malas condiciones laborales (en términos salariales y de cumplimiento de derechos laborales individuales y colectivos) en las últimas. En este último patrón los elementos de los enfoques de autonomía resultan explicativos de las diferencias de empleo entre los sectores petroquímico y plástico; y estos elementos se articulan y refuerzan con las formas de mediación estatal y sindical. El análisis de la subcontratación en el sector petroquímico se basa en un estudio de caso de dos plantas petroquímicas radicadas en el Complejo Petroquímico Bahía Blanca. Allí la subordinación entre empresas en las relaciones de subcontratación se expresa en mecanismos y condiciones de licitación; los mismos se plasman en diferencias en algunos aspectos de la calidad del empleo –como el nivel de salarios y bonos y otros beneficios no pecuniarios– pero no necesariamente en la estabilidad del mismo, y menos aún en la formalidad de la contratación. Las condiciones de Seguridad e Higiene se tornan un aspecto crítico en este caso, que no suele resaltarse en otros estudios sobre tercerización. Respecto a la intervención sindical, se identifican dos sentidos de la misma: i. uno que contrarresta la heterogeneidad laboral que introduce la tercerización, a partir de la unificación de la negociación colectiva y la protesta; ii. otro que refuerza la fragmentación de los colectivos de trabajo sobre la base de acuerdos intersindicales. De este modo, la investigación enfatiza que la pertinencia de los enfoques de autonomía e integración es distinta a lo largo de una misma cadena de valor. Por un lado, en la relación entre empresas de distintos eslabones de la cadena, resulta adecuada la explicación de los enfoques de autonomía, ya que las peores condiciones de empleo se verifican en empresas con baja escala de producción, poco articuladas con las grandes empresas de la cadena, con dificultades en el acceso a beneficios de las políticas de promoción y que realizan las actividades menos dinámicas del sector. En esas actividades el poder de negociación sindical para conseguir mejoras en las condiciones de empleo es limitado. Por otro lado, en las relaciones de subcontratación, resultan pertinentes los planteos de los enfoques de integración, ya que existen diferencias notables en las condiciones de empleo entre empresas madre y empresas contratistas que pueden comprenderse a la luz de las condiciones del contrato comercial establecido entre ambas empresas. En este caso, la política sindical en torno al alcance del encuadramiento convencional y sindical de los trabajadores contratistas resulta uno de los elementos cruciales para comprender la heterogeneidad del empleo.