Entre el grupo de más de 200 especies de mamíferos silvestres americanos reconocidos como hospedadores de Trypanosoma cruzí, las tres especies que pertenecen al género Didelphis son las de distribución más extensa. Si bien son muy abundantes, no todas las especies han sido igualmente estudiadas y la mayoría de las menciones que de ellas se hacen son extrapolaciones de los conocimientos adquiridos para la especie que habita en América del Norte, Didelphis virgíníana. En 1984 se iniciaron estudios de infección en los bosques del departamento Moreno de la provincia de Santiago del Estero y se hallaron tres hospedadores silvestres del Trypanosoma cruzi: el hurón (Galictis cuja) infectado pero de abundancia escasa, el zorrino (Conepatus chinga) muy abundante pero infectado en bajas proporciones, y la comadreja overa (Didelphis albiventris) abundante e infectada en altas proporciones. A raíz de estos hallazgos, desde 1988 se están llevando acabo estudios poblacionales sobre de D.albiventrís asociados a la infección por T.cruzi y gran parte de los resultados se exponen y discuten en la presente tesis doctoral. Para entender la dinámica de T.cruzi en estos marsupiales hubo primero que estudiar algunos aspectos de la dinámica poblacional, por ejemplo: cuándo y cuántas veces se reproducen a lo largo de su vida, las variaciones en el crecimiento de los individuos asi como algún patrón confiable que permitiera asignar edades a cada individuo en cualquier época del año, las variaciones de abundancia estacionales y la asociación de toda esta información con las prevalencias de infección, complementando los estudios con seguimientos tanto en individuos natural como experimentalmente infectados. Se determinó que los didélfidos del área de estudio inician su temporada reproductiva hacia fines del invierno y que las hembras producen dos cohortes de aproximadamente 4,4 juveniles promedio cada una. El periodo de lactancia dura alrededor de 90-100 días, ocurriendo el primer destete a mediados de diciembre y el segundo a fines de marzo-principios de abril. La variable corporal que permitió asignar edades fue el patrón de erupción y desgaste dentario ya que las demás medidas tales como el peso y distintas longitudes eran muy variables. Se observó dimorfismo sexual solamente en el primer grupo de cohorte (G1), no así en el segundo grupo (G2) donde las diferencias entre machos y hembras no fueron significativas. Losjuveniles del G1 crecieron durante los meses de mayor productividad primaria mientras que los miembros del G2 lo hicieron durante los meses de condiciones más adversas: otoño e invierno. A fines del invierno, a pesar que los individuos de G2 no presentaban dentición completa, iniciaron el periodo de reproducción al igual que los individuos del G1. Este hecho sugiere que el inicio de la reproducción en D.albíventris estaría ligada a estímulos externos (condiciones ambientales como el fotoperiodo, la latitud, etc.). Los tiempos generacionales estimados resultaron ser de 57y 37 semanas para G1 y G2 respectivamente; las curvas de supervivencia sugieren una mortalidad constante para toda la población, y la longevidad máxima de los animales de vida libre no superó el año y medio. En cuanto a la proporción de sexos, se observó que a medida que avanzaba la temporada reproductiva disminuía la proporción de machos, alejándose de la relación l/l. Se siguieron también los desplazamientos de algunos individuos mediante dos técnicas: a) de hilo devanado, y b) captura, marcado y recaptura. Se observó que los desplazamientos promedio eran de 0-500 m, salvo un caso excepcional de una hembra que recorrió aproximadamente 8 Km. En base a las capturas manuales en las madrigueras, se observó que Didelphis albiventris no utiliza una misma madriguera de manera permanente y además se hallaron asociaciones entre juveniles o preadultos y de adultos con crías recién destetadas en un mismo refugio. Respecto a la infección por Trypanosoma cruzi, las prevalencias globales anuales observadas entre los años 1988 y 1991 se encontraron en el rango de 22,5 y 42,5%. Cuando se discriminó las mismas por estaciones climáticas para cada año de muestreo se observó un incremento significativo (p < 0,05) de los animales infectados desde el otoño (12,5 - 16,6%) hasta la primavera (33 - 67%). Una tendencia similar fue observada al analizar las prevalencias en función de las clases dentales de cada generación (0-8% en la clase dental I hasta 72 % en la VII). Cuando los datos se separaron por sexos también se observaron incrementos por estaciones y por edades, pero las hembras se encontraron siempre más infectadas que los machos. El conjunto global de todas las hembras mostraron prevalencias que se diferenciaron de modo altamente significativo (107/247: 43%) respecto de los machos (40/162 = 25%) (p < 0,01). Al comparar los grupos de cohortes, G1 mostró infecciones globales significativamente mayores (100/256: 39%) que G2 (28/1 l9= 23,5%) (p< 0,05). Los seguimientos de la infección a lo largo de la vida del animal demostraron que D. albiventris es capaz de mantener parasitemias persistentes durante toda su vida sin necesidad de reinfecciones. Se observaron dos tipos de infección: los animales que tenían una capacidad de infectar vectores (CI) "alta" (superior al 50%), y los de "baja" CI (menor del 40%); ambos grupos no cambiaron su CI durante el transcurso del seguimiento parasitológico efectuado. Sólo en dos casos de CI muy bajos (8 -22%%) los xenodiagnósticos resultaron negativos en dos ocasiones seguidas para un animal y en una ocasión para el otro, volviendo a positivizarse en los análisis subsiguientes. Los valores de CI globales fueron altos en todas las categorías dentales (54 - 77%) y en todas las estaciones climáticas (55 - 77%). Por otra parte, Didelphis albíventris fue capaz de infectarse en condiciones experimentales por ingestión (40%) de un número reducido de triatomíneos o por vía vectorial clásica (21%) a partir de muy pocos contactos infectivos demostrando una suceptibilidad mayor que la del hombre. Enestos experimentos las hembras se infectaron en proporciones significativamente superiores respecto de los machos (6/l2= 50% vs. l/12: 8%). Estos resultados concuerdan con las mayores prevalencias de campo encontradas para el mismo sexo. Finalmente se discuten las posibles vías de infección del T. cruzí en Didelphis albiventris en la zona y los puntos que faltarían aclarar en base a estas investigaciones y a estudios simultáneos de nuestro grupo. Cabe destacar que los triatominos silvestres del complejo Triatoma sordida T. guasayana presentes en la zona han demostrado prevalencias muy bajas (en el orden del 1%) y los perfiles alimentarios sobre marsupial también se mostraron bajos (aproximadamente el 5% de los triatominos contenian sangre de Didelphidae). Por otra parte los intentos de encontrar una posible vía directa de transmisión hasta el presente no permitieron corroborarla. La transmisión vertical de las madres muy infectadas a sus lactantes no pudo demostrarse. La búsqueda de flagelados en las glándulas perianales de individuos de lamisma población ha dado hasta el presente resultados negativos. Las observaciones realizadas en contadas ocasiones de contacto entre comadrejas positivas y negativas que compartieron la misma jaula por períodos de 2 a 5 días no han demostrado transmisión del parásito. Si bien el modo de transmisión hacia las comadrejas es todavía una gran incógnita, estos marsupiales han demostrado ser excelentes hospedadores de mantenimiento del T.cruzi y merecen la atención de futuras investigaciones.