En las últimas décadas, la superficie agrícola de la región pampeana aumentó, ocupando en algunos casos tierras frágiles. En una cuenca característica de la Pampa Ondulada, se analizó el efecto del avance de la agricultura en tierras con características hidro-halomórficas ubicadas en sectores deprimidos. Mediante SIG, teledetección y la USLE se clasificó la superficie agrícola y su avance dentro de la cuenca entre los años 1987 y 2015, estimando los cambios ocurridos en la tasa de erosión hídrica y la producción de sedimentos. Se trabajó en un área piloto ubicada en el plano aluvial de la cuenca, sobre sitios ganaderos (pastizal) y recientemente convertidos a la agricultura. Se evaluaron cambios en las propiedades físicas, químicas y biológicas edáficas ocurridas debido al reemplazo del pastizal por cultivos, y se realizaron simulaciones de lluvia para contrastar el volumen y la calidad del escurrimiento entre ambos usos, haciendo hincapié en la salida de contaminantes físicos (sedimentos) y químicos (fósforo, glifosato y AMPA). Como consecuencia del trabajo en el área piloto, se seleccionaron algunas variables sensibles al cambio de uso de la tierra, las que fueron utilizadas como indicadores del estado de degradación en otras situaciones similares correspondientes al plano aluvial de la cuenca. Durante el periodo 1987-2015, la agricultura avanzó sobre el 26% del área total de la cuenca. Como consecuencia, la erosión hídrica estimada aumentó de 3,6 a 4,4 t ha-1año-1, mientras que la producción de sedimentos se incrementó en casi 22.000 t año-1. Con el avance de la agricultura sobre el plano aluvial de la cuenca, el carbono orgánico total y la estabilidad estructural disminuyeron significativamente, al igual que la biodiverisdad microbiana. La densidad aparente aumentó. Las simulaciones de lluvia mostraron mayores contribuciones de sedimentos y glifosato al agua del escurrimiento, debido al cambio de uso de la tierra. Sin embargo, no se detectó AMPA en el agua de escurrimiento ni mayores niveles de fósforo en el agua de escurrimiento proveniente de lotes agrícolas. No se verificaron cambios en el volumen de escurrimiento, pero sí en su calidad, con un aumento significativo en el aporte potencial de sedimentos y glifosato al agua del Arroyo.