Los perros son los principales reservorios domésticos de Trypanosoma cruzi, el agente causal de la Enfermedad de Chagas. Con el objetivo de estudiar la dinámica poblacional de los perros de Amamá y localidades vecinas (Provincia de Santiago del Estero, Argentina), se realizaron 8 censos cada 6 meses desde Mayo de 1994 a Diciembre de 1997. La abundancia varió muy poco entre años desde 294 hasta 345 perros. La tasa instantánea de crecimiento poblacional (r = 0,016/semestre) no fue significativamente diferente de 0. El 96% de las viviendas habitadas tenían uno o más perros (media, 3,1 perros por casa). La distribución de edades presentó una estructura estable, con un 76% de perros con 3 o menos años de edad, y un 75% de machos. Un 34% de las hembras tuvieron al menos una parición en los 6 meses previos, con una camada promedio de 5,1 cachorros que no fluctuó estacionalmente. En un análisis de factores clave de mortalidad, el sacrificio de los cachorros fue el único factor estadísticamente significativo, pero no se halló evidencia de que actuara en forma densodependiente. La probabilidad de morir específica por edades tuvo la típica forma en U de los mamíferos grandes, y fue superior en las hembras que en los machos. La población de perros se hallaría en estado estacionario y regulada por los propietarios mediante la manipulación de la tasa de mortalidad de los cachorros recién nacidos, especialmente hembras. La reacción de inmunoensayo enzimático (ELISA)fue utilizada para detectar anticuerpos específicos anti-T. cruzi en sueros de 182 perros mestizos rurales también analizados por hemoaglutinación e inmunofluorescencia indirectas. El 86% de los sueros tuvieron resultados concordantes para todas las técnicas serológicas. La especificidad de ELlSA fue del 96,2%. Entre 34 perros adultos con xenodiagnóstico positivo, la sensibilidad estimada fue del 94% para ELlSA e IFI. ELISA es la técnica de elección para la vigilancia serológica de infecciones por T. cruzi en poblaciones de perros de áreas que han sido rociadas con insecticidas. Se investigó si el perro podría ser un eficaz centinela de la transmisión vectorial de T. cruzi en el contexto de la fase de vigilancia. La seroprevalencia global de T. cruzi en la población canina disminuyó del 65,0% (54/83) en 1992, antes de un rociado con deltametrina, al 38,5% (70/182) en 1994, y al 15.2% (36/237) en 1996. Se registraron 12 cachorros nativos infectados nacidos después del rociado. De 13 variables consideradas en un análisis por regresión logística múltiple, las que resultaron significativamente asociadas con la probabilidad de estar infectado fueron (i) el número de Triatoma guasayana capturado en el domicilio para el período 1993-94, y (ii) la seropositividad a T. cruzi de la madre, y el número de perros cohabitantes infectados para 1995-96. La evidencia sugiere que los casos nuevos de infección podrían explicarse por diferentes rutas de transmisión que implicarían a T. guasayana como un vector secundario durante la vigilancia. Con el objetivo de investigar la contribución de los animales domésticos a la transmisión vectorial de T. cruzi, se construyó un modelo matemático de la dinámica poblacional de Triatoma infestans estructurado por estadios, a tiempo continuo, con una dependencia respecto de la temperatura en el tiempo de desarrollo de cada estadio y en la tasa de oviposición de las hembras. y que incorpora estocasticidad demográfica. La abundancia de T. infestans presentó fluctuaciones estacionales con un pico de densidad en los meses de verano. La abundancia promedio de triatominos en la vivienda y la amplitud de las oscilaciones dependió del tipo y número de hospedadores presentes. La incorporación de una gallina durante la estación cálida produjo un incremento del 40% en la densidad promedio de triatominos y oscilaciones de mayor amplitud. Cuando se enfrentó a humanos y perros susceptibles a distintas prevalencias de infección por T. cruzi en el vector, los perros se infectaron más rápidamente que los humanos. La inclusión de estocasticidad demográfica permitió una buena descripción de la evolución del sistema, estimar la probabilidad de que el sistema persista y de la ocurrencia de un evento de infección.