La hipótesis principal que ha guiado esta investigación es que el concepto aristotélico de phantasía permite dar respuesta a una serie de aporías que el filósofo encontró en la noción protagórica de phantasia y en el intento de solución platónica a dichas dificultades. En la propuesta protagórica, la phantasía aparecía soldada a la aísthesis, en la platónica, a la dóxa. Aristóteles, sin negar la vinculación estrecha que la phantasía posee con ambas (e incluso, contra Platón, con todo tipo de pnsamiento), la diferencia de esas dos capacidades del alma en tanto, precisamente, su gnoseología requiere de un vínculo mediador entre ellas y lo encuentra en la phantasía. En estas dos polémicas se advierte que el rol de la phantasía está intrínsecamente ligado al papel que cada uno de estos pensadores adjudicó a la aísthesis, de tal modo que la disputa en torno alrol de aquella implica un disenso acerca del papel de los sentidos respecto del conocimiento. Y así como la phantasía se encuentra ligada a la percepción, aparece también en Aristóteles estrechamente vinculada con el pensamiento, en abierta crítica a su maestro, que había criticado la mixtura de percepción y dóxa que encontraba en la phantasía. Respecto de esta segunda articulación de la mediación, sostengo que, a pesar de que Aristóteles afirma que todos los animales (o, al menos, algunos de ellós) poseen phantasía, existe una diferencia importante entre la phantasía humana y animal, pues en los animales no- humanos la phantasía no desempeña función mediadora alguna. Dejo de lado en mi análisis, por tanto, el problema de la phantasía animal, que requeriría por sí mismo una investigación aparte, que tome en cuenta las diferencias entre los animales y las capacidades que Aristóteles les adjudica.