En esta tesis doctoral analizamos un corpus de publicaciones periódicas editadas en Buenos Aires durante las décadas centrales del siglo XIX que interpelaron a los lectores para que las leyeran, al menos en alguna medida, por entretenimiento. Esta afirmación ya presupone una hipótesis: la existencia de un conjunto de impresos que surgieron con el fin de incentivar una demanda de lectura “frívola”, “lijera”, o “divertida”, como adjetivaron los contemporáneos, que existió en simultáneo, a la sombra, de otra prensa mucho más estudiada, predominantemente diarística, que debía mostrarse preocupada por construir o por expresar una “opinión” pública, ante todo en el terreno político. De manera general, proponemos que con el semanario La Moda, en 1837 se abrió un proceso que se desarrolló al ritmo del ensayo y el error, que a lo largo de tres décadas produjo periódicos con una propuesta editorial explícitamente dirigida a la lectura por entretenimiento para el tiempo de ocio. Es decir, se fue configurado un nuevo tipo de dispositivo, mediante el despliegue de una serie de recursos discursivos, formales y materiales, asociados en ocasiones a innovaciones comerciales. Este proceso, además, contribuyó a la ampliación del lectorado, a la articulación de un mercado para la prensa, y tendió a una renegociación del “pacto de lectura” tácito entre productores y consumidores con una mirada más tolerante ante la noción de leer por entretenimiento, en contraste con la lectura erudita o con un fin pedagógico. Para dar cuenta de ese proceso, recurrimos al análisis de cinco periódicos. En una primera parte, que abarca desde 1837 hasta 1863, nos ocupamos de La Moda (1837-1838), el Diario de la Tarde (1831-1852), y los primeros ensayos por difundir recursos discursivos y formales asociados a la lectura por entretenimiento en un mercado porteño donde el éxito material de dichas iniciativas era aún imposible. La segunda parte cubre desde la aparición de los primeros periódico ilustrados exitosos como el Correo del Domingo (1864-1868) y El Mosquito (1863-1893) hasta el desenlace de una “periódico-manía” que tuvo como protagonista al Correo de las Niñas (1868-1873). Durante este decenio, desde 1863 hacia 1874, un nuevo contexto económico, social y cultural posibilitó propuestas editoriales donde la triangulación entre el folletín, la imagen impresa, y la venta de publicidad rompió con el “antiguo régimen tipográfico” porteño, insinuando una temprana “magazinización” de la prensa.