El proceso de agriculturización ha sido definido como el avance de cultivos anuales sobre diferentes ambientes, en competencia con los usos tradicionales de la tierra. Dentro de las provincias que comprenden el Chaco Argentino, Formosa es una de las menos afectadas por este proceso, sin embargo el actual Plan de Ordenamiento Territorial de la provincia contempla que el área cultivada actual, 400.000 ha, podría expandirse en más de 2,5 millones de ha. Aquí entonces, el proceso de agriculturización implica tanto la utilización de nuevas tierras, como la reconversión de los sistemas agrícolas, frutihortícolas y ganaderos existentes, en particular sobre los suelos de mejor aptitud, Argiudoles y Hapludoles. Al momento de analizar la sustentabilidad de un sistema de manejo se hace indispensable evaluar la calidad del suelo, lo cual puede realizarse mediante el empleo de indicadores. Un indicador es una variable que resume o simplifica información relevante, haciendo que un fenómeno de interés se haga perceptible. Los indicadores no son universales, sino particulares a distintos suelos, regiones y objetivos de manejo. Hasta la fecha, para la región subtropical norte de Formosa, al igual que para otras regiones del mundo no se han identificado indicadores de calidad de suelo, como así tampoco se ha desarrollado una metodología sistemática para determinarlos. Los objetivos del presente estudio fueron: Identificar indicadores de calidad para Argiudoles y Hapludoles subtropicales; definir un procedimiento para la individualización de los mismos y comprobar que dentro del conjunto de indicadores identificados, aquellos asociados a la Materia Orgánica resultan los de mayor peso. Para cumplimentar estos objetivos fue necesario: - Determinar variables edáficas sensibles a distintos usos del suelo - Establecer el peso individual de estas variables sobre la variabilidad total hallada en el suelo frente a los usos confrontados. - Definir las alternativas productivas más compatibles con un sistema sustentable. Se trabajó sobre Argiudoles y Hapludoles desarrollados sobre el albardón del riacho “El Porteño” en el NO del departamento Pilagás, Formosa 24° 59´S., 58° 33´O. Los efectos de cuatro usos del suelo: monte nativo, pasturas, agricultura continua y fruticultura, luego de 25 años, fueron analizados en lotes de producción. Se realizó un muestreo estratificado en aproximadamente 21.000 ha, donde se tomaron muestras de 0-10; 20-40 y 40-60 cm. Sobre muestras de 0 a 10 cm de profundidad se evaluó: carbono orgánico total (COt), carbono particulado (COp), nitrógeno total (Nt), respiración edáfica (Res), actividad de la ureasa (AUr), actividad de la deshidrogenasa (ADh), estabilidad estructural (EE), conductividad hidráulica (CH), pH y conductividad eléctrica (CE). En muestras subsuperficiales, de 20 a 40 y de 40 a 60 cm, se evaluó pH y conductividad eléctrica. Se utilizaron técnicas de estadística descriptiva para analizar el comportamiento de las variables y la existencia de diferencias significativas entre los distintos usos del suelo. Aquellas que resultaron sensibles a los distintos usos fueron evaluadas en forma multivariada. A través de análisis de componentes principales se determinó el peso relativo de las variables sobre la varianza del sistema, descartando aquellas de menor peso. Mediante análisis de correlaciones y criterios agronómicos se seleccionaron indicadores de calidad de suelos. Todos los parámetros considerados, a excepción del contenido salino de la capa superficial del suelo, presentaron diferencias significativas entre los distintos usos del suelo. De los tres usos comparados con el monte nativo, el uso pasturas resultó el más compatible con un sistema productivo sustentable desde el punto de vista edáfico. Los actuales sistemas de agricultura continua y frutícola deben incorporar modificaciones de manejo ya que conducen a una degradación del suelo. El carbono orgánico total, la fracción particulada del carbono orgánico, la estabilidad de los agregados a la acción de agua y la actividad de la enzima deshidrogenasa constituyen los mejores indicadores de calidad para los Argiudoles y Hapludoles evaluados. Dentro de ellos, los de mayor peso, estabilidad estructural y carbono orgánico particulado, guardan una relación directa con el contenido y tipo de materia orgánica del suelo. Entre los efectos de los de los sistemas productivos con respecto al monte nativo, la agricultura continua originó disminuciones de 30,75 % de COt, 72,3 % de COp, 62,44% de EE y 59,17 % de ADh. El sistema fruticultura provocó un descenso de 17,3 % en COt, 48,7 % de COp, 46,7% de EE y 47,1 % de ADh. El sistema pasturas, incrementó el contenido de COt en 24,7 % y aumentó la EE 12,7%; así mismo COp y ADh disminuyeron 20,2 % y 32,5 % respectivamente. La metodología desarrollada es sistemática, está fundada en numerosos antecedentes, y permite la identificación objetiva de indicadores de calidad de suelos. Estas características la harían aplicable en otros suelos, ambientes y sistemas productivos.