La caracterización geológica del Distrito Minero Cerro Aspero (DMCA)y el estudio específico de sus depósitos minerales, constituyeron la base para la elaboración de un modelo metalogenético correspondiente a los yacimientos wolframíferos vinculados espacialmente al Batolito Cerro Aspero (BCA). Depósitos básicamente conformados por greisens, brechas y vetas de cuarzo con mineralización principal de wolframita, se encuentran emplazados en el Plutón Los Cerros (PLC) y su entorno metamórfico. El PLC es el más joven de los cuerpos que integran el BCA, complejo magmático post-orogénico originado en la etapa póstuma del ciclo Famatiniano. La asociación metamórfica que hospeda al BCA está constituida por rocas metasedimentarias (esquistos miloníticos, gneises y migmatitas) y metabásicas (esquistos miloníticos y 3 variedades de ortoanfibolita), que guardan registros de la evolución tectono-metamórfica del distrito desde el ciclo Pampeano hasta el Andico. Las ortoanfibolitas, gneises anatécticos y migmatitas preservan evidencias de deformación dúctil y metamorfismo de alto y mediano grado, correspondientes al episodio pampeano D2-M2, vinculado a la aproximación y colisión de Pampla con el cratón del Río de la Plata. Los esquistos miloníticos se extienden regionalmente constituyendo la Faja de Cizalla de Guacha Corral (FCGC), formada durante el evento D4M4 del ciclo Famatiniano a través del cizallamiento dúctil de las metamorfitas pre-existentes y bajo condiciones de facies de esquistos verdes. Esta faja de cizalla de orientación submeridional representó una zona de debilidad que favoreció la intrusión del BCA. La formación de depósitos wolframíferos vinculados al BCA, se produjo durante la etapa final del ciclo Famatiniano y progresó desde una fase magmática tardía hasta una fase netamente hidrotermal; habiéndose subdividido la evolución en 5 estadios paragenéticos: el estadio 1 (e1) constituyó la transición entre fluidos magmáticos e hidrotermales a través de la formación de cuerpos pegmatiticos y aplíticos estériles y depósitos de greisen; el estadio 2 (e2) marcó el comienzo de la etapa netamente hidrotermal, originando vetas con grandes volúmenes de cuarzo y mineralización muy escasa; el estadio 3 (e3) dio lugar a la formación de brechas, vetas menores y depósitos de reemplazo y relleno a partir de microfracturas, con los mayores contenidos de W y Mo; el estadio 4 (e4) desarrolló sistemas de vetas hidrotermales de cuarzo estéril, cuya ubicación en la secuencia evolutiva es dudosa; el estadio 5 (e5) depositó mena metalífera rica en sulfuros con participación de Bi, Cu, Zn, Pb, Mo, Fe, Mn,W, Sn, Ag, Au, en vetas menores y a partir de fracturas milimétricas sobre materiales de los estadios previos. A los procesos tardío-magmáticos del estadio 1 se asocia el desarrollo de alteraciones potásica y ocasionalmente albítica en granitoides, que precedieron a la formación de endo y exogreisens; en tanto que a los estadios 2 y 3 se vincula el profuso desarrollo de alteraciones silicica, fílica y propilítica sobre las rocas de caja de los depósitos hidrotermales. La aplicación de técnicas analíticas especificas y la realización de cálculos termodinámicos y geoquímicos permitieron caracterizar cuantitativamente las condiciones físico-químicas de formación de los depósitos. Los estudios de inclusiones fluidas revelan sistemas esencialmente compuestos por H20 + NaCl con probable participación de C02 y materia orgánica. Los valores medios de temperatura de homogeneización y salinidad obtenidos son de 384°C y 6,8 %peso NaCleq para el estadio 2 y de 279°C y 5,4 %peso NaCleq para el estadio 3. Los contenidos de isótopos estables de oxígeno, hidrógeno y azufre calculados para los fluidos de estos mismos estadios (e2 y e3) proporcionan los siguientes rangos: δ16O(vsmow) entre 7,1 y 8,7 ‰; δD(vsmow) entre — 89,6 y -68,9 ‰; y δ34S(cdt) entre 3,8 y 3,9 ‰. Diversos cálculos termométricos y barométricos permitieron establecer una temperatura de formación comprendida entre los 338 y 415°C, y una presión entre 0,5 y 1,5 Kb. Otras estimaciones indican valores de pH entre 3,5 y 5,8, log ƒ02 entre -27,6 y —22,2,y log ƒS2 entre —5,4 y —3,5. La edad de la mineralización del e3, fue determinada en 343,8 ╧ 10,8 Ma mediante una datación K/Ar efectuada sobre muscovita, y se restringió la formación de los depósitos a un lapso comprendido entre 4,6 y 25 Ma, luego del emplazamiento del BCA. El modelo metalogenético propuesto se basa en la manifiesta y estrecha vinculación de depósitos wolframíferos del DMCA con fases tardías del emplazamiento del PLC. La anomalía térmica generada por el intrusivo, junto con el desarrollo y reactivación de estructuras, promovieron la circulación convectiva de fluidos hidrotermales que propiciaron la precipitación de minerales ricos en W, Bi, Mo, Fe, Mn, Cu, y con participación minoritaria de Pb, Zn, Sn, Ag y Au. Estos elementos son los componentes principales de la mineralización metalífera del distrito, que incluye wolframita y proporciones accesorias de molibdenita, tetradimita, wittichenita, pavonita, miharaita, estanoidita, bomita, calcopirita, pirita, esfalerita, galena, altaita y oro. La formación de los depósitos fue controlada por estructuras subsidiarias transtensivas, como juegos de fracturas que se ajustan al modelo de Riedel, e intersecciones de planos de debilidad estructural. Los fluidos hidrotermales responsables de la mineralización tuvieron un origen netamente magmático en la etapa inicial (estadios 1, 2 y 3), pero adquirieron un carácter mixto en la etapa final (estadios 4 y 5) al incorporar componentes meteóricos. La fuente magmática aportó W, Mo, Fe y Mn en la etapa inicial (estadios 1, 2 y 3) y adicionó Bi, Cu, Zn y Sn en la etapa final (estadio 5), cuando disminuyó la actividad de flúor en el sistema. En esta última etapa fueron suministrados Cu, Pb, Mn, Ag, Au y azufre a las soluciones, a partir de la lixiviación del basamento. Asimismo se propone como principal mecanismo de depositación para los estadios 2 y 3, la reacción entre las rocas de caja y los fluidos hidrotermales, con las consecuentes modificaciones químicas de estos últimos (aumento del pH y saturación en sílice). También es probable que el descenso de la presión haya contribuido a la precipitación de minerales durante estos estadios; destacándose particularmente, que en los cuerpos de brecha, tuvo gran relevancia la precipitación de minerales debida al enfriamiento abrupto vinculado con la despresurización por brechamiento. En lo que respecta a la depositación de la asociación rica en sulfuros del estadio 5, se presume que estuvo relacionada con procesos de dilución y aumento del potencial de oxidación, derivados de la mezcla de fluidos.