La preeclampsia (PE), es un proceso mórbido específico, multisistémico e idiopático de la gestación y del puerperio humano. Se produce en el 3-14 % de todos los embarazos, en el 30% de las gestaciones múltiples, en el 30% de los embarazos en mujeres diabéticas, y en el 20% de las gestaciones en las mujeres con hipertensión crónica. Sin embargo, dos tercios de todos los casos ocurren en embarazadas que, fuera de este desorden, son nulíparas sin otras complicaciones aparentes. Mundialmente, se atribuyen más de 100.000 muertes maternas al año por la aparición de PE y eclampsia (convulsiones o coma coincidente en una paciente con PE), asociándose a una mortalidad perinatal y neonatal de hasta el 10%. Esta enfermedad se clasifica en I) PE Leve (valores de TA iguales o mayores a 140/90 mmHg, en dos ocasiones separadas por al menos cuatro horas, con proteinuria igual o superior a 300 mg/24 horas); II) PE Severa (valores de TA iguales o mayores a 160/110 mmHg o aún con valores tensionales menores, pero asociados a uno o más de los siguientes eventos clínicos: proteinuria > de 5 g/24 horas, alteraciones hepáticas, hematológicas, de la función renal, neurológicas, visuales, restricción del crecimiento intrauterino/oligoamnios, desprendimiento de placenta, edema agudo de pulmón (no atribuible a otras causas). Se manifiesta en general desde la vigésima semana del embarazo, durante el parto y el puerperio. Excepcionalmente puede presentarse antes de las 20 semanas en pacientes con Enfermedad Trofoblástica Gestacional o Síndrome Antifosfolipídico severo. Por ello, un desafío actual de la obstetricia sigue siendo el detectar tempranamente el riesgo de desarrollar PE. La PE tiene dos etapas: una primera etapa asintomática, local, en la cual hay un estado hipóxico de la placenta, lo que determina una injuria de la misma, y una segunda etapa, sintomática, caracterizada por una reacción inflamatoria sistémica exagerada y una disfunción endotelial. Entre estas dos etapas existen moléculas producidas por la placenta que son capaces de difundir este daño placentario y convertirlo en un compromiso sistémico. Durante los últimos años, diversas hormonas y proteínas fueron evaluadas como 2 posibles marcadores de la enfermedad; sin embargo, no han sido utilizados en nuestro medio por lo que representa un área pendiente de estudio. El objetivo general es la identificación precoz de las mujeres embarazadas que desarrollarán PE. La hipótesis propuesta es que la determinación de la concentración sérica de Activina A, Inhibina A, PP13 y PAPP-A es útil para predecir la aparición y gravedad de PE a partir de las 20 semanas de gestación. Los objetivos específicos son: 1) Determinar la concentración sérica de Activina A, Inhibina A, Proteína Placentaria 13 y Proteína A Plasmática Asociada al Embarazo en el primer y segundo trimestre de embarazo. 2) Correlacionar los niveles séricos de las proteínas estudiadas con el desarrollo de PE. 3) Correlacionar los niveles séricos de las proteínas estudiadas con la gravedad de la enfermedad. Se incorporaron en el protocolo de estudio 92 mujeres gestantes pertenecientes a la población general que se controlaron en la Maternidad “José Federico Moreno" del Hospital “Luis Lagomaggiore". A cada paciente embarazada se le realizó la extracción de 10 ml de sangre periférica en un tubo seco con 8 h. de ayuno entre las 10 a 12 semanas y 17 a 20 semanas. La realización del estudio se efectuó en todo momento de acuerdo a las normas de buena práctica clínica con plena aceptación de las normas éticas vigentes. El proyecto y el correspondiente consentimiento informado fueron evaluados y aprobados por el Comité de Ética del Hospital “Luis Carlos Lagomaggiore". Se empleó la técnica de ELISA (Inmunoensayo enzimático test) utilizando los siguientes kits comerciales: Abcam AB113316 para Activina-A, Beckman Coulter DSL-10-10800 para Inhibina A, MBS700610 para PP13 y Beckman Coulter DSL-10-27100 para PAPP-A. Los principales resultados fueron: 1. El valor medio en suero materno de la Proteína Placentaria 13 disminuyó en el primer trimestre (10-12 semanas de gestación) en las mujeres que desarrollaron PE en comparación con el grupo control (p=0.02). Esta proteína alcanzó diferencia estadísticamente significativa en el grupo que desarrolló PE leve en el mismo trimestre (p=0.014). 2. El valor medio en suero materno de inhibina-A disminuyó en el segundo trimestre (17-20 semanas de gestación) en las mujeres que desarrollaron PE en comparación con el grupo control (p=0.04). Este marcador, alcanzó diferencia estadísticamente significativa en el grupo que desarrolló PE leve (p=0.03) en el mismo trimestre. 3. El valor medio en suero materno de Proteína Placentaria Asociada al Embarazo A aumentó en el segundo trimestre (17-20 semanas de gestación) en las mujeres que desarrollaron PE en comparación con el grupo control (p=0.0308). Este marcador alcanzó diferencia estadísticamente significativa en el grupo que desarrolló PE leve (p<0,05) en el mismo trimestre. 4. La determinación de Activina A no presentó diferencias estadísticamente significativas entre el grupo control y el que desarrolló PE. 5. Los valores de tensión arterial media superiores o iguales a la media de 80,39 mmHg durante el primer trimestre (10-12 semanas) de embarazo debería considerarse un parámetro útil para la predicción de PE. 6. Los valores de índice de masa corporal superiores o iguales a la media de 28,31 durante el segundo trimestre (17-20 semanas) de embarazo debería considerarse un parámetro útil para la predicción de PE. 3 Los resultados presentados en la presente investigación son los primeros que existen en nuestra región. Dado que la PE sigue siendo un problema con gran impacto en salud perinatal y causa directa de muerte materna, consideramos que al ampliar el número de pacientes estudiadas se podría arribar a conclusiones representativas sobre la utilidad del dosaje de estos marcadores moleculares, sobre todo en el primer trimestre de la gestación, adelantándonos al diagnóstico clínico de la enfermedad. Los datos aportados por este estudio marcan un hito en el estudio de PE en nuestro medio.