La suspensión de una cirugía propicia inconvenientes tanto para el paciente como para los Centros de Salud, pues genera un desaprovechamiento de diferentes recursos -humanos, económicos, tiempo-, y afecta la calidad de la atención y la accesibilidad a los servicios quirúrgicos. El rendimiento de los quirófanos depende, a nivel institucional, de la organización y desarrollo adecuados de la jornada quirúrgica, ante lo cual se torna indispensable analizar posibles factores que alteren su normal funcionamiento. Objetivo Analizar los factores que inciden en la alteración de los turnos programados en los Servicios de Cirugía infantil, Neurocirugía y Traumatología de un Hospital Público Nacional del Gran Buenos Aires (GBA) en el transcurso del año 2016, a través de la descripción de las causas de suspensión de las cirugías programadas y del tiempo inutilizado en relación a los parámetros de óptima utilización del quirófano, a saber, el retraso en el inicio de la primera cirugía, la duración de los turnovers y el tiempo inutilizado en el quirófano finalizado la última cirugía. Metodología Estudio de tipo descriptivo, transversal, retrospectivo y cuantitativo de los registros del Centro Quirúrgico Hospitalario. Se construyeron y utilizaron indicadores que fueron analizados mediante estadísticos descriptivos a fin de comprender la dinámica de las jornadas quirúrgicas de los servicios de Cirugía Infantil, Neurocirugía y Traumatología del Hospital bajo estudio durante el periodo señalado. Resultados En los tres Servicios hospitalarios analizados durante el año 2016 solo un 38,2% (n= 177) de las primeras cirugías programadas no registraron demoras. El 80% (n=698) de los tiempos turnovers estuvo dentro los plazos establecidos. La variable de mayor incidencia fue el tiempo inutilizado desde la finalización de la última cirugía programada hasta las 19:00 h, el cual equivalió a 697 h desaprovechadas. El conjunto de todas las dilaciones ocurridas durante la jornada quirúrgica -siempre considerando los tres Servicios- ascendió a 990 h. El Servicio de Cirugía Infantil fue donde hubo mayor tiempo inutilizado de la jornada quirúrgica (387 h). En Traumatología, en cambio, se registró la mayor cantidad de tiempo perdido en concepto de limpieza entre cirugías (276 h). Por su parte, Neurocirugía fue el Servicio en el cual mayor demora existió en el inicio de la primera cirugía (58 h). Respecto a la suspensión de cirugías programadas, en los tres servicios se alcanzó una cifra de 1918 cancelaciones (24,5 %). Los tres servicios presentaron un nivel de suspensión malo, de acuerdo a los estándares propuestos por Montaño y Nava (2006). El mes de diciembre se presentó como el más problemático en relación a la suspensión de cirugías en los tres servicios. Si se considera la proporción de cirugías suspendidas respecto de las programadas, el Servicio más afectado por este problema fue el de Neurocirugía (35,1%; n=134). Por otra parte, el 79,7% (n=373) de las suspensiones fueron debidas a causas institucionales, siendo la más frecuente la falta de tiempo quirúrgico (24,4%; n=91). Entre las causas vinculadas al paciente (20,3 %; n=95), se halló que la ausencia del mismo fue el motivo más frecuente (43,2%, n=41). Conclusiones El estudio realizado permitió demostrar que la impuntualidad en el inicio de la primera cirugía en los tres Servicios quirúrgicos genera importantes retrasos en el resto de la jornada, lo que incide en la suspensión de algunas intervenciones. Aún más, si se suma el tiempo de demora de del inicio de la primera cirugía con los tiempos turnovers y el tiempo que transcurre entre la última cirugía y las 19 h, la cantidad de tiempo inutilizado en los quirófanos ascendió a 990 h. Tal situación reflejó la necesidad existente de reducir el impacto de factores institucionales en la productividad de la jornada quirúrgica. De hecho, con ese total de horas inutilizadas se podría haber realizado un 50 % más de intervenciones en el SCI, entre un 10% y un 31 % más de cirugías en el SNC, y entre un 22% y un 23 % más en el STyO. Se debe reconocer que el tiempo es un recurso valioso, escaso e irrecuperable que condiciona la actividad quirúrgica (Petracca y Mutti, 2003), por lo que si se gestionara más eficientemente dicho recurso aumentaría el rendimiento de cada bloque quirúrgico y con ello la accesibilidad a los servicios de salud por parte de los pacientes. Es importante notar que la falta de material aparece con mayor frecuencia durante el último mes del año. Esto podría estar asociado a cuestiones de manejo presupuestario o mismo problemas en la gestión de los insumos que abastecen el quirófano. Por todo lo dicho, solo una gestión institucional adecuada que maximice el uso de los tiempos quirúrgicos y prevea otros factores como la disponibilidad de insumos, de camas y la reducción de errores médicos, podría reducir el porcentaje de cancelación de cirugías existente en el Hospital bajo estudio. Esto último podría ayudar a mejorar el desempeño del equipo de salud, su calidad de vida, el clima organizacional y garantizar la atención de más pacientes (Sultán et al., 2011: Tsai, 2008).