La mayor parte de los asentamientos urbanos dentro de la cuenca se encuentran a la vera de los cauces, muchos incluso ocupando valles de inundación y zonas de ribera, lo que ha provocado que, en numerosas ocasiones, se vean inundados. A su vez, en estos sectores se han depositado grandes cantidades del material erosionado, conformando bancos de arena. Esta situación permitió plantear el objetivo general de esta tesis, que se expresa como generar un análisis de la vulnerabilidad ambiental ante eventos pluviales en la cuenca del río Ctalamochita. Se entiende por vulnerabilidad al grado de debilidad o exposición de un elemento o conjunto de elementos frente a la ocurrencia de un peligro natural o antrópico de una magnitud dada (INDC, 2006). La investigación realizada consistió, inicialmente, en la recopilación de antecedentes climáticos, de uso del suelo, edáficos, sobre infraestructura y sociales. Además, se tomaron datos en campo para verificar situaciones socioambientales para su posterior análisis e interpretación. Se generó una base de datos geoespacial que permitió las modelaciones hidrológicas de la cuenca. De esta manera, se obtuvo un diagnóstico del medio biofísico y social para caracterizar la vulnerabilidad ante eventos de precipitación extraordinarios. El extenso uso del territorio para cultivos y la ausencia de técnicas de conservación de suelo en la cuenca, propician los procesos de erosión, que se acentúan por la creciente ocurrencia de lluvias intensas. Estos procesos han sido analizados y modelizados, a partir del procesamiento de diferentes capas temáticas con Sistemas de Información Geográfica. Dicho análisis implicó un estudio detallado de los factores que inciden directamente en la vulnerabilidad ambiental, denominados indicadores, enfocados en el uso de territorio, los tipos y estado de cobertura del suelo (EVI-TDVI), focalizando en la erosión hídrica, empleando productos MODIS. Finalmente, a partir del planteo de eventos pluviales de distinta intensidad, y su correspondiente modelación hidrológica a nivel de subcuenca, se determinaron niveles de riesgo en función de la cantidad de suelo erosionado en cada escenario planteado. Se desarrollaron cuatro escenarios, con sus respectivos eventos de precipitación de distinta intensidad: máxima, considerando la lluvia que generó las inundaciones en febrero de 2014, mínima representando la lluvia media de los registros en los últimos diez años y dos eventos de intensidad intermedia. El análisis del balance hidrológico demostró que la zona presenta un régimen seco en el norte durante todo el año, mientras que, en el sur, ocurren excesos durante seis meses del año, y los restantes son deficitarios. Por otro lado, el balance energético, brindó información sobre la distribución espacial del agua disponible, siendo esta mayor en las zonas de bañados, de la cuenca baja, y en los valles y laderas más densamente vegetadas en la cuenca alta. El agua disponible, se evidencia entre octubre y abril, coincidiendo con los balances hídricos del sur de la cuenca. El estudio realizado concluye que entre abril y octubre la falta de humedad del suelo expone a la vegetación a significativos estados de deterioro. En cuanto al análisis de la vulnerabilidad a la erosión hídrica, el 62,6 % de la superficie presenta una pérdida de suelo no tolerable, es decir mayor a 5 Mg.ha-1.año-1. El comportamiento estacional de la perdida potencial de suelo presenta, entre diciembre y febrero, valores de EVI más altos, expresando zonas con nula-leve y moderada erosión hídrica. Mientras que, para los meses de julio a septiembre, cuando el EVI se hace mínimo, casi la totalidad de la cuenca presenta una pérdida de suelos máxima. Con relación a los niveles de riesgo hídrico, el incremento en la generación de sedimentos aumenta con la intensidad de la lluvia, en eventos mayores a 100 mm.